Así escribe Lola:
“Me quedé inmóvil tratando de pensar qué hacer antes de morir, porque, a mi parecer, la muerte era segura después de haber ingerido esos hongos.
El Barba estaba en el trabajo y no escuchaba el celular. Llamar una ambulancia me parecía ostentar mucho mi muerte y generar chusmerío en el barrio.
Quería morir acompañada, eso sí, porque sola es deprimente.
Pensé que el mejor lugar es un shopping o un super o una casita de fiestas infantiles llena de vida y chiquitos jugando que saltarían sobre mi cadáver y habría globos de colores…”
1 comentario:
guau!!! gracias , me siento re importante!!! y me aseguro la gente para mi funeral!!!!
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